domingo, 23 de marzo de 2008

Puertas II

A veces se cierran.
Uno queda adentro y alguien querido se va.
Así fue con la partida de mi padre. Recuerdo aún que mamá jamás me perdonó que me hubiese colgado de su brazo diciendo, Me voy con vos.
-No te puede llevar, agregó mi madre, Se va con otra.
Su risa histérica me dañó más que la puteada de papá. Y se fue solo luego que pegó la trompada en la puerta por no dársela a mamá en la cara, pienso ahora.
Me quedé, pero nunca dejé de verlo, jamás.
A veces uno queda adentro y el otro sale. Y uno sale con el otro aunque quede adentro.
También forma parte de lo inesperado.

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